Conocimiento Abierto

Antonio se hace eco del eco que Adolfo se hace de la decisión del MIT de dar acceso libre y abierto «on-line» a los artículos científicos de todos sus investigadores (que lo autorizen).  Un espaldarazo sin duda al movimiento «open», en este caso del mundo académico – científico – tecnológico. Parece que son los signos de los tiempos. Si los científicos publican en primicia en PLOS, qué menos que abrir las puertas al campo, verdad?

Adolfo Plasencia entra a fondo en la cuestión y Antonio Fumero,  algo más crítico, también.

Del MIT no hay nada de lo que pueda hablar que resulte de interés para el lector, ni he estado allí, ni conozco a nadie por allí, ni puedo aportar experiencias otras que el conocimiento público que de la institución todos tenemos. Sin embargo, respecto a la Universidad Española, mi situación es es diferente, algo puedo hablar. He pasado unos cuanto años como «usuario» de sus servicios, «beneficiario» de lo bueno que tiene (sí,  sí, algo tiene de bueno) y «benefactor» (sí, aunque humildemente, algo he contribuído, vía IRPF, matrículas y no tan humildemente procurando algún que otro contrato de investigación de las empresas en las que he trabajado) así que me siento cómodo opinando al respecto.

En la nonagésimo tercera edición de Thuesday, Emprender en Internet, de entre las muchas cosas de interés que allí se dijeron, recuerdo cuando Sebastián Muriel se preguntaba en su intervención: «Como Administración ¿Qué puedo hacer por los emprendedores?», y respondía con una magistral analogía ligada a un partido de rugby, «lo primero, no estorbar», aquí certero,  y de entre las otras, no recuerdo las palabras exactas, pero enfatizaba sobre poner a disposición del emprendedor el conocimiento público, certero aquí también.

¿Porqué no se tiene acceso pleno al conocimiento generado por la Universidad pública? Por pleno entiendo acceso a las publicaciones internas, conferencias, códigos fuente de los programas de ordenador, algoritmos, fórmulas médicas, procedimietos de fabricación y un largo etcétera que queda en muchas ocasiones su difusión y aprovechamiento al amparo de la «libertad de cátedra», es decir, para beneficio en exclusiva del grupo que lo genera.

Siempre se habla de que la Universidad está distante de la Sociedad, o que ésta discurre a espaldas de la Universidad. Con la apertura del conocimiento tenemos una nueva oportunidad de reconciliación y, lo más importante en estos momentos, de apalancar iniciativas empresariales en los sectores más prometedores, los intensivos en conocimiento e innovación.¡Abranse los repositorios del conocimiento, sésamo!

El motivo fotográfico que ilustra la entrada, cuadro de Zuloaga El Matarife, algo aspero estéticamente, nos permite recordar que no todo en la apertura del conocimiento ha de ser confortante, quizás surga la nostalgia de aquel «ojos que no ven corazón que no siente».